Aunque parezca que el color de la Navidad por excelencia es el rojo, las mesas que os traigo en el post de hoy demuestran que el verde puede ser igual de festivo. Mezclado con oro o plata, en clave rústica o clásica, las posibilidades son infinitas.
Aunque parezca que el color de la Navidad por excelencia es el rojo, las mesas que os traigo en el post de hoy demuestran que el verde puede ser igual de festivo. Mezclado con oro o plata, en clave rústica o clásica, las posibilidades son infinitas.