Nina García encontró en el arquitecto y galerista Carlos Aparicio la ayuda perfecta para crear el hogar con el que siempre había soñado. Todo comenzó cuando la directora de moda de la revista Marie Claire USA visitó la galería de Aparicio, BAC, en busca de sillas estilo klismos de Carl Malmsten, de las que García se había quedado prendada en un viaje a París. A partir de entonces el arquitecto comenzó a involucrarse en el proyecto, restaurando detalles arquitectónicos del apartamento y buscando las piezas perfectas para cada habitación. Una mezcla de diseños franceses y escandinavos de los años 30 y 40 , alfombras suecas de comienzos del siglo XX, y obras de arte más que envidiables crean una casa serena, chic y atemporal.